¿Qué es la contaminación lumínica y cómo te afecta?

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La mayoría de la gente tiene claro a que se refiere el concepto de contaminación, el cual, se asocia principalmente a los desechos que generan las industrias, los autos e incluso las mismas personas.

 

Pero ¿sabías que la luz también es una fuente importante de contaminación? Pues sí, la generación de electricidad convertida en luz también produce efectos nocivos en el medio ambiente y no sólo a partir de su propia producción.

 

Se sabe que para generar energía, en este caso eléctrica, se utiliza petróleo y sus derivados para poder hacerlo. Esa es una de las maneras en que contamina, pero la misma luz usada en exceso es una fuente de contaminación de los cielos, a eso se le llama contaminación lumínica.

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) de Puebla, este tipo de contaminación se produce cuando la luz de nuestras casas, calles, comercios, autos y eventos deportivos nocturnos está mal dirigida y se desperdicia. Esa luz que se dispersa hacia el cielo, no ilumina a nada ni a nadie, pero le quita “obscuridad” al cielo nocturno.

 

Con lo anterior, además de representar un gasto inútil de dinero y energía, es una forma de contaminación que afecta a plantas, insectos, animales y al mismo ser humano. Por ejemplo, las tortugas y algunas aves se desorientan con las luces de la ciudad y pierden el rumbo, otros animales sufren alteraciones en sus ciclos de vida ya que salen en busca de alimento en horarios diferentes de lo habitual (debido a la luz artificial existente) y algunas veces no lo encuentran.

 

Al mismo tiempo, la contaminación lumínica alteran las migraciones y la caza. Las plantas y los insectos requieren ciclos de luz y oscuridad para sus procesos vitales, como la fotosíntesis o la búsqueda de parejas, y éstos se ven alterados con dicho fenómeno.

 

Y afecta a los seres humanos

 

Estudios demuestran que las personas no descansan igual cuando duermen en espacios iluminados a cuando lo hacen donde no hay luz, pues la oscuridad es necesaria para generar ciertas hormonas.

 

Por ejemplo, nuestros ancestros prehispánicos se iban a dormir al caer la noche y se levantaban al alba completamente descansados.

 

Hoy, con toda la luz que tenemos (incluidos televisores, tabletas y celulares), nuestros cuerpos tienen alterados los ciclos y siguen alertas hasta altas horas de la noche. En consecuencia, por la mañana nos sentimos cansados, generando problemas de salud y psicológicos en la población.

 

Además, la contaminación lumínica, está haciendo que perdamos uno de los paisajes más bellos con los que contamos: el paisaje del cielo nocturno. En una noche completamente oscura, nuestros ojos son capaces de observar cerca de 3 mil estrellas en el cielo.

Desde los años 80’s hay diferentes organizaciones que tratan de concientizar y tomar acciones respecto a este problema, incluso la UNESCO ha reconocido la importancia de proteger nuestros cielos.

 

En México, el municipio de Ensenada fue el primero en crear una ley de protección del cielo. Posteriormente, la ley se extendió a todo el estado y ahora se están haciendo esfuerzos para que México, como nación, proteja sus cielos nocturnos tomando medidas para hacer más eficiente el uso de luz en todas las ciudades.



Con información del INAOE

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