Metepec, el maravilloso pueblo para visitar en navidad

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El mítico Árbol de la Vida que no sólo recorre México sino también otros países de América, Europa y Asia, es el mayor atractivo que tiene el Pueblo Mágico de Metepec, donde las asombrosas manos de más de 300 hombres y mujeres artesanas dan vida a esta obra de arte.

Adentrarse a la magia de este municipio no está tan difícil, pues a sólo unos kilómetros de la Ciudad de México las calles adoquinadas de este municipio, que en náhuatl significa “En el cerro de los magueyes”, reciben a los visitantes para sumergirlos en un viaje por su historia y su sabor.

La tranquilidad que ofrece este municipio mexiquense lo coloca como el lugar ideal para visitar en familia, pareja o amigos en estas vacaciones de invierno, sobre todo para aquellos que viven cerca de la capital de país y quieren respirar otro aire.

Al peregrinar por sus iglesias, que conservan su arquitectura colonial, los barrios de esta localidad transportan a los paseantes a la época colonial, donde algunos templos son más antiguos que otros, pero todos guardan en su interior retablos, lienzos y esculturas que constituyen buena parte del patrimonio cultural del municipio.

Metepec es un pueblo de artesanos. Aquí hay más de 300 talleres familiares que trabajan el barro en sus distintos tipos como el natural, pigmentado, tradicional vidriado, vidriado libre de plomo y también la cerámica de alta temperatura.

Las manos mágicas de los metepequenses elaboran productos de uso cotidiano como jarrones para agua o pulque, cazuelas, ollas y vajillas que son comercializadas en la localidad y en otros municipios del Estado de México.

Sin embargo, el Árbol de la Vida es la obra elaborada de barro más emblemática de este Pueblo Mágico y que representa a México en distintas partes del país y del mundo.

Incluso, el mes pasado se inauguró en este municipio el Árbol de la Vida más grande del mundo, ya que tiene una altura de 9.65 metros, un ancho de casi cuatro metros y pesa 12 toneladas.

Parte de la cultura de este municipio se resguarda en el Museo del Barro, que fue inaugurado en septiembre de 2012 y es único es su tipo en el país.

Ubicado en el corazón de Metepec, el recinto expone figuras y obras de arte creadas por manos de auténticos maestros del arte popular, que han representado a la localidad mexiquense en exposiciones internacionales.

Durante la estancia, también hay que visitar el convento franciscano de San Juan Bautista, un conjunto arquitectónico de gran belleza que está conformado por el atrio, la iglesia, el convento y la Casa del Diezmo.

En su momento, el claustro estuvo totalmente cubierto con pinturas, pero ahora sólo se observan algunos restos de la decoración en los muros, bóvedas, arcos y columnas, de magnífica calidad artística, representativa del proceso evangelizador.

Ubicada en la ladera norte del Cerro de los Magueyes, y construida a finales del siglo XVIII, la Capilla del Calvario es la más bella de las iglesias coloniales del municipio, que los turistas deben visitar.

Al caer la noche, los paseantes puede transitar por sus calles y saborear cada uno de sus platillos tradicionales, así como beber una “garañona”, bebida alcohólica típica de este lugar que hay que probar. Como parte de la temporada decembrina, el Pueblo Mágico de Metepec recibe a los visitantes con un Nacimiento Monumental, que este año estará coronado con un Árbol de la Vida de la Natividad.

La magia de Metepec se encuentra en su historia, gastronomía y arquitectura, pero sobre todo en las manos artesanas que todos los días luchan por preservar la tradición alfarera que llega a diversas partes del mundo.

VER: La Garañona, la bebida más afrodisíaca

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