Tamales de ollita de Ocoyoacac: La historia

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Con sabor, tamaño e ingredientes que dependen de cada región del país, los tamales de ollita de Ocoyoacac son uno de los platillos básicos en la dieta de las y los mexiquenses.

Este alimento, de origen prehispánico, se consume de manera habitual y, en ocasiones especiales, como en fiestas o sepelios.

Por ello, el municipio de Ocoyoacac posee una antigua tradición para la elaboración de los llamados tamales “de ollita”, “de hoyito”, “de cazuelita” o “chuchulucos”, una variedad de tamales considerada endémica de esta lugar, ya que las recetas y procedimiento se han transmitido de manera oral de generación en generación y aunque muchas personas han acudido al lugar para capacitar y aprender, pocas logran dominar la técnica para realizar su peculiar forma.

Con más de cuatro décadas dedicadas a la elaboración de tamales de ollita, Azucena del Prado Peña, originaria del barrio de Tepexoyuca, es una de las tamaleras más reconocidas de la región y heredera de esta tradición cuyo origen se ha perdido con el paso de los años.

El proceso de elaboración inicia desde un día antes con la nixtamalización de maíz para preparar la masa, el lavado de las hojas y la preparación de las salsas con que habrán de rellenarse las diferentes variedades y, a partir de las tres de la mañana, iniciar con la parte medular del proceso: darle forma de ollita a los tamales, rellenarlos, envolverlos con la exacta proporción de hojas para que mantengan la forma, además de la posición al colocarlos dentro de la vaporera, para que estén listos a primera hora.

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